
Palmarés por títulos, podios, victorias, pole positions y grandes premios disputadosLas estadísticas de Fernando Alonso siguen engordando y en muchos apartados se coloca ya como uno de los mejores de la historia. Su vigésima primera victoria en Fórmula 1 le coloca el undécimo de la historia en este apartado, en el que ya está por encima de Mika Hakkinen, a sólo una de Damon Hill, a dos de Nelson Piquet y a tres del mítico Fangio.Por otro lado, el asturiano es décimo en la clasificación de la historia de podios, a sólo tres de un grande como Niki Lauda. Donde ha dado un gran salto es en el capítulo de puntos, ya que con 538 sólo le superan Ayrton Senna, Alain Prost y Michael Schumacher. A eso hay que unir los 5.834 kilómetros en cabeza, ranking en el que es decimocuarto.
Vuelve Usain BoltQueda claro, por tanto, que Alonso es uno de los más grandes. La victoria de Japón, por cierto, no pilló de sorpresa a Renault. Fernando bajó del coche y repitió el gesto. No era King Kong, ni Tarzán, el gesto de golpearse el pecho surgió después de ver a Usain Bolt, el doble campeón olímpico de 100 y 200 metros en los pasados Juegos de Pekín. A Fernando le encanta la velocidad y el atletismo es, junto al ciclismo, su deporte favorito, quizás porque esté dotado para ello. No es un secreto que corra los 100 en 11.4 segundos, pero sí que quedó maravillado con las exhibiciones del jamaicano y le salga ahora celebrar los triunfos de la misma manera.Mezclado con los mecánicos de Renault, que celebraban otra jornada inolvidable bajo el podio de Fuji, se puede advertir que los gestos que Fernando realiza sobre el podio son individuales, contesta uno por uno a los gritos y a los pulgares de cada mecánico con un arqueo de cejas y una sonrisa personalizada.Algunas cosas cambiaron desde Singapur. La primera, que esta vez había una camisata con letras plateadas para que el equipo celebrara la victoria. Hace 15 días abrieron una caja con camisetas promocionales que andaba por allí apartada, sin nada alusivo a la victoria, pero al menos les diferenció en el paddock y cumplió su cometido.
El champán sí estaba fríoLa segunda, que esta vez el champán fue puesto a enfriar desde la mañana, por si había ocasión de descorcharlo en el motorhome. Hace 15 días se metió en la nevera cuando salió el safety car, pero estaba aún caliente cuando lo abrieron. Su equipo no pensaba que fuese casualidad aquella victoria y preparó al detalle una nueva celebración que llegó muy pronto.La fiesta en el box fue similar, pero Alonso estaba más espontáneo. Decía "hi, hi" (sí, sí en japonés) continuamente y se inclinaba al estilo del saludo japonés. Fue fotografiado, izado en hombros junto a Nelsinho, feliz por su cuarto puesto y acompañado por su madre por primera vez este año, y manteado a conciencia.Luego, Fernando, en uno de sus gestos más cariñosos, fue abrazando uno a uno a cada trabajador de Renault desplazado a este gran premio: mecánicos, ingenieros, camareras, personal de prensa y marketing y, por supuesto, a Flavio Briatore, que se fue pronto con su maletín cuando Fernando aún hablaba con los ingenieros. Al igual que en Singapur, al de Cuneo ya le van poco las fiestas largas en los circuitos y en cuanto puede agarra carretera y manta.
Pan con tomateFinalmente Fernando atendió a la prensa española desplazada hasta Fuji, justo tras darle un bocado a un pa amb tomàquet (el tradicional pan con tomate catalán) que estaba en un plato delante de la silla que cogió. Quizás es el Alonso más cómodo con todo lo que le rodea desde que llegó a la Fórmula 1, quizás porque tras la experiencia del año pasado, ahora todo le parece agradable. Allí ni las victorias lo eran.Por cierto, volvió a repetir por enésima vez que esto no cambia nada hacia Renault, que no va a decidir su destino el año que viene por estas victorias, que lo dirá después de Brasil, pero que eso no quiere decir que no lo sepa.
Vuelve Usain BoltQueda claro, por tanto, que Alonso es uno de los más grandes. La victoria de Japón, por cierto, no pilló de sorpresa a Renault. Fernando bajó del coche y repitió el gesto. No era King Kong, ni Tarzán, el gesto de golpearse el pecho surgió después de ver a Usain Bolt, el doble campeón olímpico de 100 y 200 metros en los pasados Juegos de Pekín. A Fernando le encanta la velocidad y el atletismo es, junto al ciclismo, su deporte favorito, quizás porque esté dotado para ello. No es un secreto que corra los 100 en 11.4 segundos, pero sí que quedó maravillado con las exhibiciones del jamaicano y le salga ahora celebrar los triunfos de la misma manera.Mezclado con los mecánicos de Renault, que celebraban otra jornada inolvidable bajo el podio de Fuji, se puede advertir que los gestos que Fernando realiza sobre el podio son individuales, contesta uno por uno a los gritos y a los pulgares de cada mecánico con un arqueo de cejas y una sonrisa personalizada.Algunas cosas cambiaron desde Singapur. La primera, que esta vez había una camisata con letras plateadas para que el equipo celebrara la victoria. Hace 15 días abrieron una caja con camisetas promocionales que andaba por allí apartada, sin nada alusivo a la victoria, pero al menos les diferenció en el paddock y cumplió su cometido.
El champán sí estaba fríoLa segunda, que esta vez el champán fue puesto a enfriar desde la mañana, por si había ocasión de descorcharlo en el motorhome. Hace 15 días se metió en la nevera cuando salió el safety car, pero estaba aún caliente cuando lo abrieron. Su equipo no pensaba que fuese casualidad aquella victoria y preparó al detalle una nueva celebración que llegó muy pronto.La fiesta en el box fue similar, pero Alonso estaba más espontáneo. Decía "hi, hi" (sí, sí en japonés) continuamente y se inclinaba al estilo del saludo japonés. Fue fotografiado, izado en hombros junto a Nelsinho, feliz por su cuarto puesto y acompañado por su madre por primera vez este año, y manteado a conciencia.Luego, Fernando, en uno de sus gestos más cariñosos, fue abrazando uno a uno a cada trabajador de Renault desplazado a este gran premio: mecánicos, ingenieros, camareras, personal de prensa y marketing y, por supuesto, a Flavio Briatore, que se fue pronto con su maletín cuando Fernando aún hablaba con los ingenieros. Al igual que en Singapur, al de Cuneo ya le van poco las fiestas largas en los circuitos y en cuanto puede agarra carretera y manta.
Pan con tomateFinalmente Fernando atendió a la prensa española desplazada hasta Fuji, justo tras darle un bocado a un pa amb tomàquet (el tradicional pan con tomate catalán) que estaba en un plato delante de la silla que cogió. Quizás es el Alonso más cómodo con todo lo que le rodea desde que llegó a la Fórmula 1, quizás porque tras la experiencia del año pasado, ahora todo le parece agradable. Allí ni las victorias lo eran.Por cierto, volvió a repetir por enésima vez que esto no cambia nada hacia Renault, que no va a decidir su destino el año que viene por estas victorias, que lo dirá después de Brasil, pero que eso no quiere decir que no lo sepa.
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